Para elaborar el trabajo final, que consta de un blog en internet dedicado a aspectos literarios y de la moda en el siglo XIX, fue necesario hacer varias reuniones, en las cuales elaboramos un plan de trabajo, que a continuación se enlista:
11/05/2010:
27/05/2010:
Al atoyac (Ignacio Manuel Altamirano)
De la literatura del siglo XIX, sólo en los poemas es donde me encanta leer las detalladas descripciones, como se da en este caso, aunque a veces me pierdo y me es necesario volver al punto de partida. Tristemente si ahora se hiciera un poema sobre un árbol y se describiera el entorno, saltaría fácilmente a la imaginación el retrato de traslúcidas botellas que pulen la divinidad del paisaje, adornadas con relucientes etiquetas escarlatas, engalanan las raíces entre el agua y la tierra, tiernos bultos blancuzcos , enrollados como capullo de mariposa, llevando en su interior la gracia de la vida; materializada en pastas chocolatosas de aroma sublime al de las flores.
Don Catrín de la Fachenda: ayer y hoy
Posted by Las 4 y sereno Etiquetas: Literatura
***************************
.jpg)

.jpg)
.jpg)

Los tantos cisnes de engañosos plumajes
Posted by Las 4 y sereno Etiquetas: LiteraturaEnrique González Martínez
Los primeros poemas que leí de Enrique González Martínez realmente no me gustaron, finalmente encontré Tuércele el cuello al cisne, lo considero un poema muy motivador y evoca recuerdos de ciertas palabras similares que cercanos me han recomendado, al igual que ideas plantadas desde mi crecimiento. Al llegar a esta ciudad de Xalapa, he tenido la oportunidad de observar a numerosas personas que no fueron capaces de torcer el cuello al cisne de engañoso plumaje… Es terrible que por los aires se hallen esencias perdidas que ya no tienen dueño.
Tuve mucho miedo de perderme, de dudar; y dudé, pero no caí. Hay entre las calles cientos de monstruos listos a para atacarme… creo que ya exageré, sin embargo como seres humanos corruptibles, es muy fácil dejarnos guiar por las beldades falsas que se nos presentan.
Sobre Madre Naturaleza (Manuel Gutiérrez Nájera)
Posted by Las 4 y sereno Etiquetas: LiteraturaMadre naturaleza, es el reflejo exacto del desvarío que me ocurre en mi cabeza cada fin de semana. Bueno, en realidad el viernes, es para mí el inicio de semana, es el día que puedo volver al pueblo donde crecí, donde está mi tierra, esa tierra, la qué algunos días comí y la culpable también de que mi madre me soltara una sarta de manotazos al ensuciar la ropa con la que apenas me había vestido. Donde casi cada persona que pasa por la calle la conoces, a sus hermanos, a su abuelo, cómo es y a que se dedica, y a quien no conoces por lo menos lo has visto alguna vez. Andar a pie entre calles empedradas a las tres de la mañana no es novedad, ni siquiera un peligro. Donde aún huele a tierra, sopla el viento de los árboles de mango y entre los cañales encuentras vestigios de hace varios siglos, que ni siquiera el INAH sabe. Mi Cempoala.
Sábado, quisiera que fuera eterno, que las horas duraran el doble y la noche aún más larga fuera… quisiera tener el tiempo de hacer todo lo que no hice durante los 18 años que viví allí, que hasta ahora me doy cuenta lo mucho que me perdí y que cada semana intento recuperar.
Lamentablemente llega el domingo, desde las primeras horas del día ya es un letargo, va en regresivo el momento en que debo marcharme de vuelta a este lugar donde estoy ahora. “El Xalapa”.
Al viento (Vicente Riva Palacio)
Cuando se habla de lo que no se dijo a tiempo, es el modo en que reconozco éste poema. Después de vivencias tan extremas, principalmente como observador, llevando al tiempo en que fue realizado, entiendo el viento como un liberador, un vocero que lleva y trae; trae recuerdos, rumores, murmullos, y a la vez, el viento es callado, hace que cosas como las puertas que se mencionan, sean quienes hablen por él. A veces, me siento como el viento.
Ésta situación en estos días, lo veo como en el papel de un verdadero periodista, reportero o cualquier oficio relacionado con “informar”. Alguien que está al pendiente de lo que sucede alrededor, es como el viento, lleno de rumores, lleno de verdades, de vidas, de ojos y al final, sólo puede sugerir, insinuar, apuntar hacía algo, pero con una presión en el pecho y con la cabeza pendiendo de su boca.
Santa es un personaje de una novela situada en el siglo XIX, cuando la mujer sólo entra en dos categorías: santa o puta. Curiosamente el camino que se ve forzada a seguir debido a sus circunstancias, contrasta profundamente con su nombre inmaculado.
Afortunadamente los tiempos han cambiado, actualmente la mujer mexicana ya no se sitúa en una rigurosa clasificación según sus “virtudes”; desde la liberación sexual en la década de los 70, las féminas van codo a codo (no en todos los aspectos, claro) con los varones, tienen libertad de elegir cuándo, cómo y con quién, y la noción de “puta” se ha harto modificado. Lo que antes fue una casquivana, ahora es una mujer admirable, poderosa, que sabe usar sus encantos femeninos para lograr éxito. Incluso, cualquier mujer que en buena medida haya conseguido algunas victorias profesionales en territorio generalmente masculino, es designada popularmente como bitch, se le adjudica maña y se le presupone algún tipo de prostitución para llegar a donde está, lo merezca o no.
Aunque la verdad, todos nos prostituimos un poco para logar lo que deseamos: un poco físicamente al hacer cosas que no deseamos y son requisito laboral o escolar; otro poco de prostitución mental al asumir posturas o ideologías que no compartimos pero son la norma; todo el tiempo nos vendemos al mejor postor con tal de lograr esto o aquello. Por supuesto que este contrato es socialmente aceptado, como una Doña Elvira atenta a nuestras acciones, no se espera menos de nosotros como individuos al servicio de la comunidad.
El trágico final de Santa con una muerte obscena en una sala fría de hospital, corresponde a una forma de fábula para el lector: “el que empieza mal, mal acaba”, pero nos dejan el consuelo de un eterno y profundo enamorado que reza por su alma viciosa.
Sin duda la famosa Coca-Cola es el agua divina del siglo XXI...
Todos estos productos para realzar (maquillar, disfrazar) la belleza femenina, ya existían entonces, pues esta obsesión por el ideal y la perfección ha estado en la mente de las mujeres desde siglos atrás, como podemos ver. Por ello nos burlamos un poco de estos cosméticos y artilugios comparándolos con los actuales, evidenciando que después de todo, las cosas no han cambiado.
*Imágenes tomadas de La Moda Elegante, Periódico de las Familias.
«¿Llegará á decirse alguna vez todo lo que es necesario decir acerca del corsé? Para algunas señoras, éste no tiene importancia alguna. Hay quien compra para llevarlo en un traje de gran precio, un corsé de tres o cuatro duros, contentándose con que sea nuevo y limpio, aunque su construcción deje mucho que desear. A las señoras que están en ese caso hay que repetirles insensatamente, que por graciosa que sea una mujer, no hay auxiliara más poderoso que el corsé para la elegancia del talle.
Opinión
